Los revestimientos protegen nuestro mundo y el medioambiente
Los revestimientos protegen de la corrosión las construcciones creadas por el ser humano Sin ellos, nuestros edificios, infraestructuras y equipos se oxidarían y colapsarían. Tendríamos que sustituir todo rápidamente y supondría un coste inmenso para el medioambiente y de recursos.
Pero los revestimientos también protegen al medioambiente de otras formas. Sin los revestimientos de cascos especiales hidrodinámicos, por ejemplo, las embarcaciones necesitarían más combustible para navegar y la industria naviera emitiría 70 millones de toneladas adicionales de CO2 a la atmósfera cada año.
Los revestimientos ahorran a la economía miles de millones de dólares cada año.
Según el Impact Study, realizado por NACE International, se estima que la corrosión cuesta unos 2,5 mil millones USD cada año a la economía mundial. Esta cantidad corresponde aproximadamente al 3,4 % del PIB (producto interior bruto) mundial. El estudio también demuestra que la implementación de unas buenas prácticas de prevención frente a la corrosión (incluido un uso mejor de los revestimientos) ahorraría de 375 a 875 mil millones USD a nivel mundial.
Los revestimientos nos hacen sentirnos mejor
El ser humano necesita la belleza. El color y variedad de los revestimientos hacen que nuestro mundo sea un lugar más bonito. También mejoran nuestro estado de ánimo. Una composición cromática especial en las escuelas, por ejemplo, ayuda a los estudiantes a mejorar la concentración, mientras que seleccionar cuidadosamente ciertos colores en los hospitales ayuda a mantener sensaciones positivas.
Los revestimientos protegen la vida de las personas
Al mantener en buenas condiciones las estructuras y los equipos, los revestimientos ayudan a garantizar el uso seguro de infraestructuras, edificios y equipos y, posiblemente, evitan numerosos accidentes cada año. Pero, debajo de la superficie, ocurren muchas más cosas.
Muchos de los edificios modernos utilizan revestimientos con protección pasiva contra el fuego, por ejemplo. ¿Por qué? Porque estos revestimientos aíslan el acero estructural del calor extremo. Como resultado, los edificios pueden permanecer en pie hasta dos horas más durante un incendio, lo que concede un tiempo adicional muy valioso para intervenir de urgencia y evacuar.