Corrosión bajo aislamiento: claves para elegir un recubrimiento a medida

Lo que hay que saber para proteger a las superficies aún en las condiciones más adversas.

Elegir el recubrimiento óptimo para la protección contra la corrosión bajo aislamiento (CUI, por sus siglas en inglés) es un asunto complejo. Es que la CUI puede provocar significativos gastos extraordinarios y no previstos debido al tiempo de inactividad que genera en el activo su mantenimiento y el reemplazo de piezas corroídas. Además, la selección de un revestimiento CUI incorrecto puede llevar a generar problemas futuros. La elección correcta del CUI, dadas las características de algunos productos, puede permitir aplicar el mismo para distintos regímenes de trabajo y operación, lo que simplifica su aplicación y selección.

La CUI ocurre en un rango muy amplio de temperatura, que va desde los 50 a los 175 °C. Sin embargo, en el caso de entornos con alta humedad relativa −el llamado síndrome de tubería “sudorosa”−, la corrosión puede ocurrir por debajo de ese valor. Si el recubrimiento se define por ser capaz de soportar una temperatura mínima, una máxima y una máxima de funcionamiento constante, la temperatura pico cobra suma importancia. Esta variedad de temperaturas a tener en cuenta dificulta aún más la elección del revestimiento.

La capacidad de prevenir la corrosión bajo aislamiento es muy relevante. Cuando un recubrimiento para CUI se considera insatisfactorio, muchos factores juegan un gran papel: ¿el recubrimiento decepcionó debido a una mala aplicación? ¿el producto se especificó incorrectamente? o ¿era el producto defectuoso en sí mismo?     

Para contestar estos interrogantes, hay aspectos importantes sobre los cuales es necesario hacer hincapié. En primer lugar, hay que seleccionar un método de prueba que permita determinar la resistencia de los revestimientos al calor y a las variaciones de temperatura, recreando las condiciones a las que probablemente esté expuesto el recubrimiento. Una vez determinado dicho método, hay que identificar la prueba que mejor se adecúe para determinar la resistencia del revestimiento, considerando los efectos que cualquier exposición térmica previa pueda tener sobre su comportamiento. Otro aspecto para considerar es que dichas pruebas no deben enfocarse únicamente en la CUI, sobre todo cuando se consideran revestimientos protectores para tuberías aisladas y equipos en proceso.

En los últimos años, se ha prestado especial atención a la capacidad de los recubrimientos protectores para ser utilizados en una variedad más amplia de rangos de temperatura, incluida la criogénica, en servicios tanto aislados como no aislados. Los beneficios de tales sistemas pueden ser significativos e incluyen:

  • Especificaciones de recubrimiento simplificadas para tuberías y equipos de proceso
  • Número reducido de sistemas de revestimiento para la construcción
  • Eliminación de la necesidad de separar los artículos como tuberías y válvulas para pintar
  • Inventarios de pintura simplificados para aplicadores
  • Procedimientos de inspección y revestimiento optimizados

Existe una tendencia a asumir que la corrosión en condiciones bajo aislamiento es la más agresiva, pero no siempre es así, ya que depende del tipo de recubrimiento. Por lo tanto, es esencial considerar también la corrosión atmosférica acelerada al seleccionar recubrimientos para una doble función.

Tanto a través de pruebas como en proyectos reales, una solución rápida y eficaz ha demostrado ser el Versiline CUI 56990. Resistente a temperaturas criogénicas (desde -196 °C) hasta muy elevadas (650 °C), permite hacer frente al ciclo y al choque térmico en condiciones de servicio secas o secas/húmedas. Esto reduce los costos generales del ciclo de vida y asegura el beneficio de un mayor tiempo en actividad.

Con el fin de clasificar mejor los materiales de recubrimiento para entornos de alta temperatura y tipo CUI, las pruebas que podrían considerarse pueden dividirse principalmente en tres:

Las que se utilizan para caracterizar el material y su comportamiento en condiciones térmicas. Dentro de estas podemos mencionar las de tipo genérico, los sólidos en volumen, el nivel de VOC y la ASTM D 2485. Esta última adquiere mayor relevancia cuando se quiere evaluar la resistencia de un recubrimiento frente al calor. La misma incluye una serie de pasos donde la evaluación final está dada por si se producen o no microfisuras que conlleven luego la formación de ampollas, grietas, descamación y delaminación de la superficie del metal.

Pruebas que indiquen el desempeño del material de recubrimiento cuando se expone a un entorno CUI real o simulado. En muchos casos, los datos de las pruebas de inmersión se presentan como el peor de los casos y, por lo tanto, se utilizan como un método independiente para probar si un recubrimiento puede prevenir la CUI. Sin embargo, esta prueba no tiene en cuenta la interacción entre el material aislante y el revestimiento en sí. El paso del agua a través del aislamiento puede provocar un cambio en la composición del medio corrosivo, que no se incluye automáticamente en la prueba de inmersión. Por ello se hace necesario complementarlas con pruebas del material aislado. Para ello se han desarrollado distintos ensayos cíclicos ad-hoc, que incorporan un elemento de inmersión. Entre ellas podemos mencionar la ASTM D4541 o ASTM 3359. Generalmente la evaluación posterior a la exposición de estas pruebas se lleva a cabo según la norma ISO 4628 parte 25.

Evaluaciones que podrían ser razonablemente necesarias para determinar la idoneidad de un recubrimiento para usos múltiples, por ejemplo, si se exige un recubrimiento para entornos aislados y no aislados. Por ejemplo, las pruebas de corrosión cíclica que combinan una prueba anticorrosiva como la niebla salina junto con otras exposiciones como UVA, condensación y cíclica a baja temperatura para una prueba más representativa de la exposición atmosférica real.

Sí bien los métodos de corrosión acelerada son una parte necesaria del desarrollo y calificación del recubrimiento, la exposición atmosférica real en un sitio que se ha medido como capaz de proporcionar un nivel específico de corrosión sigue siendo el medio más confiable para determinar la capacidad de un recubrimiento para resistir la corrosión atmosférica, aunque por supuesto, demande períodos de exposición más largos. Asimismo, la medición de las propiedades físicas de los recubrimientos, como la dureza, la resistencia al impacto y la resistencia a la abrasión, puede proporcionar una guía sobre la durabilidad física de un material.

Otro aspecto para considerar es que muchas veces pueden pasar períodos prolongados antes que un recubrimiento requiera repintarse. Para ello, una prueba interesante sobre la adhesión física como la ASTM D4541 nos permite vislumbrar sí esto será posible.

Al elegir el recubrimiento adecuado para un propósito específico en un entorno conocido, es crucial observar a que pruebas se ha sometido el mismo. El revestimiento Versiline CUI 56990 ha sido probado y se ha demostrado que puede proporcionar protección a largo plazo para tuberías, equipos y otras superficies calientes. Las pruebas también muestran que es muy resistente a las microfisuras, incluso en un entorno con temperaturas extremas. Los pigmentos de barrera de Versiline lo hacen altamente efectivo contra CUI, incluso en condiciones cíclicas.

En síntesis

Para elegir el mejor revestimiento es preciso seleccionar un método de prueba que le permita determinar la resistencia de los recubrimientos al calor, variaciones de temperatura y no solo utilizando la de funcionamiento como guía, sino también otras condiciones probables que encontrará el recubrimiento. Una vez determinado el método, se debe identificar la prueba de corrosión que mejor se ajuste a dicho método, sin olvidar factores como la exposición atmosférica directa, sin el aislamiento. Se recomienda usar los revestimientos protectores con cuidado como parte de una metodología CUI general, que incluya el diseño óptimo, las mejores prácticas de instalación y las técnicas actuales de inspección y detección para evitar el daño de la corrosión bajo aislamiento.
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